Muestra Juan Batalla, Dany Barreto
Comentario de Pablo Thiago Rocca para UruguayTotal
Mitos en la arena
Primero fue en la Casa Aurea de Montevideo. Luego el Museo de la Memoria y Arte Contemporáneo de la Paloma. Ahora la propuesta se exhibe en la Galería Casapueblo. En marzo la parada será en San Carlos. La muestra "Salvavidas" mantiene un intenso itinerario por la costa uruguaya, como para recordarnos que el contacto estival con el río ancho como mar -y el océano- no tiene un único marco de referencia. La dupla de los argentinos Juan Batalla- Dany Barreto (BA-BA) vuelve a proponer esta mixtura entre el arte pop y las creencias religiosas afroamericanas. Vale aclarar que el pop es entendido aquí como reelaboración de motivos de fuerte arraigo popular, versión distante de la norteamericana e inglesa, frecuentemente basada en la exploración de pautas de consumo urbano. El complejo simbólico umbanda y candomblé está fundido en un crisol de estéticas pos-modernas y vuelto a exhibir bajo presupuestos performáticos: circulación de las obras por diferentes galerías, exhibiciones en playas, intervenciones al aire libre. La utilización de materiales sustraídos al mar -mejillones, caracoles y restos de la bajamar- , también sustraídos metafóricamente del imaginario local, encuentra un punto de acierto en el respeto por los códigos de las religiones escogidas, tanto en la construcción icónica de los Orixás como en la expresión exaltada de su cromatismo. En efecto, la representación de entidades como Oxúm, Exú Elegbara, Ogún o Iemanjá guarda expresamente la impronta de sus contornos y brillantes colores emblemáticos. Son personajes susceptibles de adoración y receptores de cualidades características: a Exú Elegbara se le recrea en su dualidad sexual que se place en el juego y la bebida; Ogún aparece con su prodigiosa genitalidad como una enseña de potencia y fecundidad... Así van desfilando, una a una, las mitológicas entidades con sus colores predominantes.
Batalla posee una formación teórica en religiones africanas y Barreto ha estudiado las ofrendas de los creyentes del Gauchito Gil y la Difunta Correa, leyendas, las dos últimas, de notoria vigencia en las rutas del interior argentino. El acercamiento a estas deidades es, por tanto, cauteloso en su contenido y bruscamente efusivo en su hechura, buscando no traicionar la simbología de referencia mientras se apropia del aura de las costumbres y estéticas populares.
Las obras están realizadas con tablas, remanentes de los refugios playeros de los salvavidas. Estas maderas sirven de soporte y continente narrativo: son extraños retablos, relieves casi vivientes en la espesura sinuosa de los mejillones -a veces retocados con pintura- con los que se tejen las figuras. Las obras son ornamentadas con los pequeños regalos de la resaca: fragmentos de vidrios esmerilados por la arena, gruesas cuerdas de nylon de redes de pesca, tapas de botellas y flores de plástico. Los adornos constituyen las dádivas de un comercio propiciatorio con Iemanjá, en una ofrenda de ida y vuelta a través del trasfondo oceánico.
El título "Salvavidas" sugiere así varios signigicados: de un lado las religiones se presentan al creyente como un camino de salvación del alma, de otro la intervención artística busca que los objetos sobrevivan la ausencia de sentido -como desperdicios- en su periplo por el mar. "Salvavidas" también, por el contexto veraniego más evidente, del que los artistas no se deslindan y que les posibilita alternativas espaciales al enclaustre de los museos y las galerías.
Por Pablo Thiago Rocca para UruguayTotal
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