domingo, 9 de mayo de 2010

Buenos Aires Herald / Alfredo Cernadas / Batalla´s bulges

Batalla’s bulges



In 1513 King Manuel of Portugal had a rhinoceros brought to his court in Lisbon from India, much to the amazement of all the Europeans who beheld it. One of them described the beast in detail to Albrecht Düerer, who drew the engraving that would become famous. That work inspired sculptor Juan Batalla to create the weird, lumpy things displayed at the Recoleta Cultural Centre. Actually, there is a relation between all three, beginning by the hunky artist’s physique, far more comparable to a rhino than a stork.   
    
Besides, Batalla’s works are noteworthy for their lumpiness and the powerful results he obtains working with a rather unusual, heavy, rather unwieldy raw material: rubber truck, car or bicycle tyres . With them Batalla, honouring his name, battles with the chunks of rubber and turns them into fantastic shapes as amazing as the rhino was to the 16th century Europeans. The results are quite amazing. He twists and turns them into abstract things or others as recognizable as a silver blue pillow or a monster not unlike the one in the thriller Alien. The general impression of these thick bas-reliefs is that of the sculpture covered walls of ancient Indian temples, or they can also give the impression of snakes, either stretched or mingling. A rather bizarre, unusual but stimulating show.
9 de mayo 2010

Ramona / Marcos Luczkow / El colono y el colonizado

Errante contra las ideologías conservadoras que pretenden embalsamar y homogenizar el arte contemporáneo concurrí a mi curso semanal sobre algo así como ser un artista exitoso en el subdesarrollo.
No conforme con la tradición, con las fórmulas y categorías existentes, me he vuelto un piloto de pruebas y me di cuenta que para mantenerme a la altura de tal riesgo, también hay que cuestionar la firmeza de las cosas.
Ese mismo día observé que a pesar de la fuerte “caída” de algunos presupuestos institucionales (año del re-contra nombrado Bicentenario), muchos artistas siguen eligiendo al Centro Cultural Recoleta como un espacio irrefutable para exponer sus obras.
Juan Batalla instala ética en una de sus salas, a fuerza de ensamblajes de caucho (llantas de bicicleta) sobre madera, colocándose en el camino del grabado del rinoceronte acorazado de Alberto Durero, ese mismo que Umberto Eco muestra en su libro “La estructura ausente”, y ese mismo mamífero cuadrúpedo que ya se encuentra extinto.
A penas uno entra a la muestra, se encuentra frente a yuxtaposiciones y tejidos de caucho de presencia geométrica, torsiones, anudamientos, protuberancias y el uso de planos de color trabajados hasta el mínimo detalle como si fuesen los pliegues del uní-cuerno.
El desafió en esta era de artistas argentinos emuladores de occidente es encontrar originalidad en obras que hablen de algo o tengan algo que decir más allá de su belleza atrayentemente superficial. ¿O será que la belleza por sí sóla ya basta y yo no me he enterado?
De todas formas Juan logra coherencia poco vista antes y nos cuenta la procedencia de su obra, narrando que en estas o aquellas épocas del colono y el colonizado, el caucho fue una materia surgida en América para el juego de pelota y otros fines mágicos cerca del 1600 AC, muchos siglos después siguió su trayecto hacia la industria europea moderna.
¡Pero no teman, esta muestra no hace referencia a los cuernos de ningún animal! Se llama así por una de sus obras “El rinoceronte” (la que da título a la muestra), un tríptico blanco sintético y negro semi gastado, de grandes dimensiones, siendo su eslabón intermedio una maciza escultura con apoyo en el suelo.

Abril 2010

Osados ensamblajes / Laura Feinsilber / Ámbito Financiero

Osados ensamblajes del creativo Batalla

por Laura Feinsilber

La actual muestra de Juan Batalla en el Centro Cultural Recoleta da cuenta de cómo las llantas de bicicleta pueden convertirse, gracias a la creatividad del artista, en una poderosa idea-fuerza.
Sería interesante saber si los que las diseñan se basan en la geometría rectilínea y discontinua, predominio de triángulos, hileras de dentículos cortados que caracterizan a ciertos objetos de la primera edad del hierro llamada Hallstat, por su ubicación en el Tirol austríaco.
Batalla (Buenos Aires, 1967), comenzó ya hace algún tiempo a utilizarlas en bajo relieves de carácter austero por su color negro y por su combinación acotada de fragmentos.
Actualmente se han vuelto joyantes por su cromatismo: plateado, azul, blanco, rojo, en combinación en algunos casos con el negro y un verdadero “tour de force” por la manipulación a la que las somete.
El tríptico “El Rinoceronte”, ensamblaje de caucho sobre madera, de gran tamaño y que da nombre a la muestra, es un ejemplo de la capacidad compositiva y osada utilización del material. Según Batalla, “el rinoceronte, utopía del siglo XXI, resume conceptos de tensión y fuerza por esa lejanía y espíritu de otra dimensión”, este último, recurrente en su obra.
Del díptico de la pared pasa a la obra escultórica de bulto que yace tanto amenazadora como indefensa.
Se destaca también “Guardiero”, suponemos, guardián de la muestra, obra compleja y dramática por su forma envolvente y que también exhibe salientes, dibujos vegetales, Geométricas repeticiones, incisiones, características de este elemento que Batalla encuentra en su geografía bonaerense y al que ha resignificado y por supuesto dignificado.

30 de abril 2010

Arte al día - El rinoceronte

Juan Batalla / Rinoceronte en Recoleta

Cubierto por gruesas escamas, el rinoceronte impone su armadura y se muestra invulnerable; es rápido y astuto.
En esta nueva serie de ensamblajes de caucho sobre madera -una técnica en la que trabaja desde 2004- Juan Batalla pone en evidencia su propia esencia. Se trata de esculturas de pared con secciones de tejido de caucho marcadamente geométricas, con protuberancias y un llamativo uso de planos de color.
Bajo estos volúmenes doblegados y formas tensionadas, que provienen de viejas llantas de bicicletas; bajo esta piel tallada por historias anónimas, el tiempo y la memoria, aparece la exquisita sensibilidad del artista. Una obra que, como señala Máximo Jacoby, curador de la muestra, en el prólogo del catálogo "es un elogio a la fuerza que ahora se
transforma de modo alquímico y manifiesta la poética de sus infinitos potenciales grados de tensión".
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Cierra el 3 de mayo
Centro Cultural Recoleta (Sala 12), Junín 1930

"Animal que respira" - Enrique Solinas

(Enrique Solinas es un reconocido escritor argentino que escribió este texto a raíz de "El rinoceronte")

Si consideramos la figura del rinoceronte como una utopía del siglo XXI, Juan Batalla ha logrado materializar –en un espacio propicio para la reflexión e interpretación– esta idea concebida y construida por diferentes culturas y miradas, a través del tiempo.
Con gran destreza técnica que es necesario destacar; utilizando caucho reciclado y ensamblado que nos provee de texturas y profundiza la idea original; en constante equilibrio entre la forma y el color, donde las obras individuales van construyendo el cuerpo del animal antiguo y renovado. Así se expresa la exposición que Juan Batalla nos ofrece, creando una obra de arte que no sólo produce placer estético ante su encuentro, sino que trasciende la forma, revelando su dimensión espiritual.
Como si fuera el cuerpo de Dionisos – su cuerpo desmembrado, y cada parte arrojada hacia los extremos del universo– hoy espera que la mirada de los que contemplen esta obra reúna sus partes para que vuelva a resurgir.
La exposición se inauguró el 7 de Abril y finaliza el 2 de mayo de 2010, en el Centro Cultural Recoleta. Una excelente muestra de arte actual que es necesario ver.
Hay algo, en este rinoceronte, que intentamos atrapar, y cuando parece que lo logramos, se nos escapa para luego trascender.

Analecta Literaria

NOTA PUBLICADA EN ANALECTA LITERARIA:
En Naturaleza Diversa, la sección de arte de Analecta Literaria, publicamos un texto del artista plástico argentino Juan Batalla (n.1967), autodidacta que ha encontrado en el caucho y los neumáticos de bicicletas usados un inusual medio de expresión artística que convierte a su obra en una de las más originales del arte contemporáneo.

Sobre “El rinoceronte”

“El rinoceronte” es la fase presente de un continuo artístico que vengo desarrollando a través de los ensamblajes de caucho y madera, así como también mediante otros lenguajes visuales, ediciones de libros y curadurías de exposiciones. Siento que acaso haya coagulado algo de la expresión de mi búsqueda en esta tanda de ensamblajes que conforman la muestra en el Centro Cultural Recoleta.
Utilizo en mi quehacer neumáticos de bicicletas usados. El caucho en punto de manipulación personal: surgido en América cerca del 1600 AC dentro de una civilización que lo usó en el contexto de su mitología, pasado tras 1775 por el universo occidental de la industria, lo instalo en mi poética de rodaje y desplazamiento. Fue para mí un suceso estético el descubrimiento de este medio con un complejo alfabeto de signos y texturas, allá por 2004. Comencé por producir con ellos obra geométrica, casi constructiva. El círculo y las conexiones totémicas me alejaron de tales coordenadas, hilvanando naturalmente el trabajo con mi exploración de culturas afroatlánticas, importante vector de mi mirada. Mi tránsito del concepto a la pura abstracción es natural, siempre supe que allá en la esencia de lo temático arranca la abstracción más pura, y que todo tránsito por despojadas líneas deriva en un núcleo de ideas.
Siguiendo la evolución de los ensamblajes de caucho, tras una aparición del color en las obras que mostré en ArteBA 07 y algunos años de creación de esculturas contundentes, llegó la invitación a exhibir en esta sala. Tras algunas cavilaciones, surgió esta nueva serie con dicho espacio de exhibición en mente.
La fuerza y sus posibilidades retóricas son los ejes sobre los que orbita “El rinoceronte”. Confluyó allí mi gusto por el grabado de Alberto Durero, quien en 1515 realizó el dibujo de un rinoceronte sin nunca antes haber visto uno personalmente. Delineado siguiendo bosquejos, relatos e intuiciones, el rinoceronte de Durero es bello pero genialmente inexacto anatómicamente. Algo que sobrecompensa con texturas exquisitas en las que se demora. Así que hay en mi rinoceronte una mirada a esa circunstancia: aquí también me detengo en las texturas omnipresentes y afronto riesgos en mi relato, ya que la abstracción también incluye uno, aunque el relato no hable de entes con instalación en la realidad visible, como el de Durero, sino de un ruido metafísico que me acompaña como fondo siempre.
Finalmente la serie se caracteriza por su volumetría, hay bultos nudosos que penden de las paredes o descansan sobre el suelo; y muchos planos de color
oponen levedad a las formas. Siento que el logro de cierta rítmica entre las obras es un resultado positivo de esta muestra. Se produce desde la concepción de cada una en relación a las otras, en un circuito obligado que las mueve al diálogo entre sí, y luego a través del montaje y una puesta de luces diferente a la que habitualmente presenta esa sala. Apuntando hacia un misterio diáfano.

Juan Batalla, abril 2010