jueves, 10 de febrero de 2011

Telam, Ponieman sobre muestra en el Yrurtia

ARTE-MUESTRA/

TRES ARTISTAS CONTEMPORANEOS EN EL MUSEO YRURTIA

Buenos Aires, 27 de enero (Télam, por Viviana Ponieman).- Una muestra de los artistas Pepe Cáceres, Jorge Garnica y Juan Batalla se acaba de inaugurar en el museo "Casa de Yrurtia" (O´Higgins 2390) y permanecerá abierta hasta el 17 de Marzo.
La casa del maestro escultor Rogelio Yrurtia (1879 -1950), en el barrio de Belgrano -donada al Estado con mobiliario y obras de arte- fue convertida en museo en 1949 y dirigida por el propio artista hasta su muerte, sucediéndolo su esposa la pintora Lía Correa Morales.
Hace casi un año se hizo cargo de la dirección -concurso mediante- el profesor Osvaldo Mastromauro, reconocido crítico y estudioso del arte y la filosofía, y a la vez cercano a los artistas.
Con los mínimos recursos que cuenta, Mastromauro intenta restaurar la casa, abrir las salas, y organizar la gran cantidad de obras de la colección: esculturas del maestro de gran tonelaje, como los modelos a tamaño natural del Moisés, la Victoria y la Justicia, además de la colección de pinturas de artistas como Martín Malharro, Angel Della Valle, Eduardo Sívori, Cesáreo Bernaldo de Quirós, Octavio Pinto, Benito Quinquela Martín.
Y hasta el museo cuenta con una obra temprana de Pablo Picasso que Yrurtia adquirió durante una estancia en París. Capítulo aparte son los textiles que el matrimonio reunió en sus viajes.
En medio de esta sobredosis de patrimonio, Mastromauro se propone abrir el museo a los artistas contemporáneos, aprovechando el poco espacio utilizando las galerías y el hermoso jardín de la residencia. En ese contexto se presenta la muestra de Cáceres, Grarnica y Batalla.
En la pequeña sala XI, Garnica (1956) pintor y dibujante que expone desde 1983, presenta los dibujos realizados entre 1995 y 2010.
"Como si fuesen poesías para gente de gran sensibilidad pero analfabeta, Garnica en su serie 'Humus' inventa un código de comunicación visual de la misma manera que Giotto contaba la vida de Cristo y de San Francisco a los campesinos iletrados del " trecento", escribe Yuyo Noé.
Mientras, María Negroni dice: "… signos imprecisos / de un alfabeto olvidado / o estrellas / donde comienza el deseo / de no morir / y morir / y ese mundo / esas ganas de arder / en lo incompleto…"
Saliendo hacia la alberca y galerías aledañas, Pepe Cáceres, instala sus esculturas blancas o negras de madera y otros materiales, pensadas para este atípico espacio. Este artista de más de 30 años de trayectoria, con exposiciones en el país, Brasil y Europa -donde vivió un buen tiempo- ha pasado por las más diversas técnicas desde el expresionismo hasta el Arte Madí.
Las obras que nos muestra se inscriben dentro de esta corriente estética, que pretende ser pura invención, con la premisa de no representar, no expresar, no significar, e internándose en una abstracción, en un juego libre de formas geométricas, recurre al ritmo propio de la obra que dialoga con el espacio.
Al pasear por el Jardín de Esculturas se detectan unos montículos negros, extrañas formas que al acercarse se revelan como goma, pero no de auto, sino de bicicleta. Son los ensamblajes de caucho sobre madera de Juan Batalla (1967).
Entonces se desencadenan ideas e interrogantes. Por un lado lo familiar del caucho-goma de bicicleta, hecho como un bollo, tratando de erguirse en alguna posición, podría ser lo que queda de un accidente, o hablar de "lo reciclado".
El artista descubre la ductilidad de este material, inusual para las artes, en 2004, que le permite desarrollar un complejo alfabeto de signos y texturas, pendulando entre las culturas americanas precolombinas -descubridoras del caucho- y la industrialización occidental. Como figuras de plastilina a gran escala, pugnando por una geometría difícil, en una manifestación de lo que todavía no es.
Una proto-forma que como dice, Mastromauro curador de la muestra, puede remitir a algunas figuras míticas, a cierto "Urgrund" (raíz primordial en alemán), que habla de los orígenes, y lo relata sin leyendas puntuales, extraídas directamente del inconciente.
Un buen programa para este verano caluroso en Buenos Aires es conocer la casa y los jardines del Museo Yrurtia, parte de su obra y sus colecciones, y descubrir el lenguaje de estos tres artistas, que navegan entre lo abstracto, la forma y el inconciente.(Télam).-

Ñ - Cristina Civale sobre muestra en el Yrurtia

Tres artistas actuales demoliendo mitos
En el Museo Yrurtia, con estéticas diversas, la producción de José María Cáseres, Juan Batalla y José Garnica cruza sus miradas con la de Rogelio Yrurtia, “el Rodin argentino”.

POR CRISTINA CIVALE

Tres muestras de artistas contemporáneos bien diversos pueden verse hoy en el Museo Yrurtia, ubicado en la casa del excelso escultor argentino Rogelio Yrurtia (1879-1950), cultor de la escuela academicista. En tanto Juan Batalla muestra sus peculiares esculturas hechas con caucho de bicicleta; José María -Pepe- Cáseres elige la fuente vacía del jardín del museo para rodearla y cubrirla con sus obras estilo MADI y el pintor José Garnica, elige la estrecha sala XI para colgar los dibujos excepcionales que conforman su serie Humus.
Varios puntos de la ciudad de Buenos Aires se convirtieron en icónicos gracias a la presencia de la obra de Rogelio Yrurtia, en cuya casa museo la obra de estos tres artistas establecen un diálogo, por lo menos extraño.
En un recorrido de pocas cuadras por la ciudad se pueden apreciar las monumentales esculturas del notable escultor: Canto al Trabajo, en Paseo Colón e Independencia, frente a la Facultad de Ingeniería; Monumento al Coronel Manuel Dorrego, en Suipacha y Viamonte; al Dr. Alejandro Castro en el Hospital de Clínicas; Justicia, en el Palacio de Tribunales y Mausoleo de Bernardino Rivadavia, en Plaza Once. Yrurtia también participó de un concurso internacional durante el Centenario de la Revolución de Mayo para realizar una gran escultura en la Plaza de Mayo. El primer premio se declaró desierto y el segundo lo ganó Yrurtia. Una manera engorrosa de laurearlo ya que no había mejor propuesta que la de él -según cuenta la leyenda-, pero la propuesta era tan inmensa y costosa que se convertía en irrealizable. Así se llevó un premio importante pero que no contemplaba la realización de la escultura. Si esa obra se hubiese realizado, la fisonomía y -quién sabe la historia de nuestra plaza más combativa- habría cambiado para siempre. La maqueta, que puede aún verse en su casa-museo, da cuenta de cómo la histórica pirámide quedaba en un segundo plano, tapado por un inmenso arco.
Yrurtia y su mujer, la pintora Lía Correa Morales, transfirieron al Estado su casa del barrio de Belgrano con todos sus muebles y con su colección de arte completa. La casa se abrió al público como museo en 1949. En el jardín -uno de los espacios más gloriosos de la casa- se pueden ver hoy sus boxeadores y en los pequeños cuartos del interior, además del mobiliario de un estilo renacentista flamenco, se plantan, inmensos, los modelos a tamaño natural del Moisés, perteneciente al Mausoleo de Bernardino Rivadavia, la Victoria del Monumento a Manuel Dorrego y la Justicia, entre otras. Esta obras apabullan por su tamaño que se agranda por la estrechez de las salas donde se exhiben, abigarradas, por todo tipo de objetos. Una curiosidad es un pequeño cuadro de Picasso que el pintor español regaló a Yrurtia pero que, en momentos de vacas flacas, le pide que le pague. Algo que uno puede perfectamente imaginar de Picasso, que exija, eventualmente, que se le pague un regalo. Así consta en una carta que se exhibe junto al cuadro en cuestión, firmada de puño y letra por el propio malagueño.
Cuando se ingresa al museo Yrurtia, la primera muestra temporal que puede apreciarse es la Serie Humus de Garnica, que constituye una pequeña porción de su trabajo en dibujo ya que el artista se dedica centralmente a la pintura. Según cuenta, “hace mucho tiempo leyendo un texto del (sociólogo) Nicolás Casullo retuve esta expresión: ‘ ... la situación de Latinoamérica está sujeta a la lectura que hagamos de nuestro humus cultural’”. De esa frase y de esa idea tomó el nombre y el espíritu de la serie.


Garnica, en los últimos diez años, trabajó en el relevamiento e inventario de imágenes del imaginario que nutre el circuito del arte. Así, primero realizó una serie Estudios Apócrifos, vinculados a la circulación de imágenes correspondientes a los festejos del quinto centenario del llamado descubrimiento de América. Más tarde esa serie mutó en esta que hoy exhibe en el Yrurtia. “Desde el principio -explica-, llevo casi treinta años exponiendo, traté de asimilar cierta oferta que la tradición nos ofrece y que no siempre observamos. (...) El imperativo ético de los artistas estuvo basado en consignas que privilegiaron el trabajo y la indagación, trazando líneas de investigación que deben ser entendidas como modélicas a partir del compromiso real con lo que se produce y no como mera copia. Pienso en artistas como Figari, Xul Solar, Torres García, Lozza, Hlito, Iommi, Ferrari, Noé”. Y, efectivamente, en esta suerte de alfabeto cifrado que muestra en sus dibujos es inevitable encontrar tras sus trazos originales, las ocurrencias surrealistas de Xul Solar pero también la racionalidad de Felipe Noé.
Las obras de Pepe Cáseres, pequeñas esculturas blancas y negras que responden a la forma MADI, rodean la fuente del jardín del museo. Son 17 y se ubican tanto en los bordes como en el interior vacío de agua de la fuente -sin agua por la plaga del dengue-. La forma MADI es un movimiento que alude al ritmo de la obra y que propicia que el espacio penetrante se vuelva obra. Espaciosos silencios que dialogan con los simples elementos de la geometría.
Estas formas determinan claramente los límites. Las obras, realizadas desde esta concepción, representan un tema, un sentimiento, una abstracción. “MADI no representa, no expresa, no significa. Es decir pretende ser pura invención”, afirma Cáseres. Una pena que obras negras se exhiben sobre un piso negro que diluye el juego de miradas. Las 17 esculturas, de una belleza singular, pierden con esta desafortunada elección del espacio expositivo.


El broche de oro de estas tres muestras lo constituyen, sin dudas, Tres horas para una nube, las 6 esculturas en caucho realizadas por Juan Batalla. En el fondo del jardín, donde éste casi se convierte en baldío, sus obras de gran tamaño realizadas con gomas de bicicleta producen el verdadero diálogo con las esculturas de Yrurtia, una provocación desde sus materiales y sus formas. Batalla, interesado desde siempre en el arte étnico, encontró casualmente hace siete años kilos de caucho de bicicleta tirados en una suerte de desarmadero. Antes había intentado trabajar con gomas de autos, pero le resultó inmanejable. El encuentro casual -o no- con estas viejos trastos generó un matrimonio que aún dura y rinde estos curiosos frutos: obras estrictamente contemporáneas que remiten a un arte totémico. Según el crítico Osvaldo Mastromauro, las obras de Batalla, “ensamblajes de caucho sobre madera remiten a figuras míticas, cierto Urgrund que habla de los orígenes y lo relata sin leyendas puntuales: sus totémicos figuras se alzan, enroscan o desenvuelven en tanto metáforas propias de la imaginación, rescatando la protohistoria de América, donde era usado para el juego de pelota, hace ya milenios”.
En efecto, Batalla las geometriza, desde su particular mirada, haciendo emanar sus esculturas desde un lugar insondable desde donde, sin embargo, se puede percibir la luz audaz de sus ojos de artista que enfrenta el desafío de dominar un material inédito, algo así como lo intratable del arte.


Lugar: O’higgins 2390
Fecha: 27 de febrero
Horario: martes a viernes, 13 a 19 /sabados y domingos, 15 a 19

Texto de Osvaldo Mastromauro para muestra en el Yrurtia

Juan Batalla

Si bien algún material es inusual para ser usado en el ámbito de las artes plásticas, J.B. ha desafiado esta rémora histórica,
produciendo ensamblajes de caucho sobre madera que remiten a figuras míticas, cierto Urgrund* que habla de los orígenes, y lo relata sin leyendas puntuales: sus totémicas figuras se alzan, enroscan o desenvuelven en tanto metáforas propias de la imaginación, rescatando la proto-historia de America, donde era usado para el juego de pelota, hace ya milenios.
Su versatilidad y la manera de adaptarse dúctilmente a la mano del artista revelan anfractuosidades inéditas, creando sugerentes y reveladoras efigies que parecen emitidas directamente del inconciente.
Batalla las geometriza - a su manera -, semejando emanar sus constructos desde un oscuro lugar, donde sin embargo, aflora una luzsesgada que los torna visiblemente audaces, sugestivos. Reveladores.

Osvaldo Mastromauro
Asociación Internacional de Críticos de Arte
Bs. As., diciembre 2010


* en alemán, fundamento o raíz primordial ( traducción OM).

Yrurtia: Artículo de Susanne Franz para el diario alemán

Reiches Angebot der Museen und Kulturzentren in Buenos Aires für Daheimgebliebene
Von Susanne Franz

Die Kultur macht diesen Sommer keine Pause. Um den Daheimgebliebenen oder Kurzurlaubern gerecht zu werden, bieten die meisten Museen und Kulturzentren der Stadt weiterhin ein reichhaltiges Programm. So wurden im schönen “Museo Casa de Yrurtia” in Belgrano (O’Higgins 2390, Di-Fr 13-19, Sa und So 15-19 Uhr) am vergangenen Sonntagabend gleich drei Ausstellungen eingeweiht. Im Durchgangssaal “XI” zwischen Eingangsbereich und Garten zeigt der renommierte argentinische Künstler Jorge Garnica seine “Serie Humus”. Die relativ kleinformatigen Zeichnungen mit bunter Kreide auf schwarzem Grund und “Wort”-Zeilen aus einem nur dem Künstler bekannten Alphabet überraschen alle Garnica-Fans, de seine bunten großformatigen Werke kennen. Er wollte mal “nicht immer nur Garnica sein” und raus aus seiner Haut, sagt er selbst bei der Eröffnungsfeier im verträumten Garten des Museums, und nennt seine faszinierenden neuen Bilder treffend “lateinamerikanische Poesien”.
Bevor man den Garten betritt, begegnet man der zweiten Ausstellung in der leeren Zisterne des Museums (stehende Gewässer in öffentlichen Gebäuden sind wegen der Dengue-Gefahr verboten) und dem drumherum liegenden Laubengang: Hier zeigt Pepe Cáceres Skulpturen aus Holz und Plastik, das er so geschickt bemalt und bearbeitet, dass es wie “echtes” Holz aussieht. Seine abstrakten Pflanzen ähnelnden “Skulpturengewächse” plant er nicht im Voraus: “Sie wachsen, während ich an ihnen arbeite, und geben mir auch vor, wann ich aufhören soll und sie vollendet sind”, beschreibt der Künstler seinen intuitiven Schaffensprozess.

Ganz hinten im Museumsgarten befindet sich der “Jardín de Esculturas”, in dem immer interessante Bildhauer ihre Werke zeigen: In diesem Sommer stellt hier der außerordentlich talentierte Juan Batalla aus. Batalla arbeitet mit abgenutzten Fahrradreifen, mit denen er Holz “umkleidet”. Seine höchst eigenwilligen Werke besitzen eine spannungsgeladene Aura, die einmal von der ursprünglichen Kraft der “darunterliegenden” Form ausgeht, die kaum gebändigt unter der Oberfläche zu brodeln scheint, und dem Geheimnis der sie bedeckenden äußeren Schicht aus ineinander verschlungenen Reifenbahnen, in denen das abgefahrene Profil sichtbar bleibt, und auch Kratzer und Staub und Schmutz der vielen vergangenen Fahrten. Gefesselt sein, vielleicht gefesselt sein wollen, oder doch ausbrechen, ein ständiger Kampf scheint sich hier abzuspielen und die “bewegungslose” Form lebendig zu machen.
Etwa zwei Monate will er die Ausstellungen im Museum belassen, sagt Museumsdirektor Osvaldo Mastromauro. Ein Besuch lohnt sich!
Sehr empfehlenswert für alle, die dieses Wochenende einen Kulturrundgang planen, ist ein Abstecher ins Centro Cultural Borges (Viamonte Ecke San Martín, Sa 10-21, So 12-21 Uhr): Hier sind nur noch bis zum 16. Januar einschließlich Werke aus der Sammlung Banco Nación zu sehen, die erstmals der Öffentlichkeit zugänglich sind, darunter exquisite Gemälde von Karl Kaufmann von um 1890 und viele sehr gute Werke fast aller großen Künstler der argentinischen Kunstgeschichte. Porträts der Museumsdirektoren und alte Stiche des Bankgebäudes sind in einem kleinen, feinen Nebenraum zu bewundern. Der Eintritt ist frei.
Auch nur noch dieses Wochenende kann man die wilde Schaffenskraft der vier herausragenden Künstler Jorge de la Vega, Ernesto Deira, Rómulo Maccio und Luis Felipe Noé im Museo Nacional de Bellas Artes (Av del Libertador 1473, Sa und So 9.30-20.30 Uhr) bewundern. Die Ausstellung “Nueva Figuración 1961-1965″ ist ebenfalls gratis.

(Algo de lo que dice es que: "Nutrida (rica) oferta en museos y centros culturales de Buenos Aires para los que se quedan"
Por Susanne Franz

La cultura no descansa este verano. Para los que no se van o los veraneantes de paso por Buenos Aires, los principales museos y centros culturales de esta ciudad ofrecen una variada y nutrida oferta de programas. Así, tres exposiciones fueron inauguradas en el bello « Museo Casa de Yrurtia » en Belgrano el domingo pasado al atardecer.
[...]
Al fondo del jardín del Museo, se encuentra el « Jardín de Esculturas » en el cual siempre exponen escultores interesantes. Este verano nos toca el extraordinariamente talentoso Juan Batalla. Batalla trabaja con deshechos de neumáticos de bicicleta con los cuales « viste » la madera. Sus trabajadísimas obras poseen un aura cargada de tensión, fuerza original « oculta » que emana más allá de la forma, que apenas logra ser dominada bajo una superficie que pareciera hervir a borbotones. El misterio que recubre la capa externa muestra en su trama un entrecruzamiento de cubiertas gastadas, en cuyo perfil se mantiene visible también el impulso, el polvo y la suciedad de las tantas rutas recorridas. Estar cautivo, quizá querer estar cautivo, y echarse a la fuga. Se diría una lucha constante como buscando « soltar el movimiento » para hacerlo vivo.
La muestra permanecerá abierta al público durante casi dos meses, nos dice el Director del Museo, Osvaldo Mastromauro. La visita, bien vale la pena !)

Traducción Florence Baranger